Y aquí es donde entro yo, Lurent
Ironclaw me aleje de la protectora e influyente sombra de mi padre en un
impulso de rebeldía y orgullo al escuchar cómo se expresaba de mí frente a su
gabinete militar, el hecho de que expresara su decepción y frustración como
resignándose a tener un hijo inútil y mantenido de por ida que no hace más que
salir a fiestas y gastarse su dinero en viales y falsos amigos. Mi sangre
hervía en ese instante detrás de la puerta, mis pensamientos solo me repetían
una cosa y esa era demostrarle a mi padre que podía ser incluso mejor soldado
que él. Nunca había tenido tanta determinación en mi ser, y esta era a su vez
alimentada con mi orgullo y el dolor de saberme indigno del apellido Ironclaw,
debía limpiar mi nombre y dejar de avergonzar a mi padre.
Tal vez fue algo hipócrita puesto que
nunca me había preocupado de ser discreto o guardar la compostura cuando salía
en ocasiones a escondidas de casa y perdía el control entre risas y el éxtasis
propio de la juventud. Corrí a mi habitación y afeite mi cabeza en el baño. Una
gorra y gafas de sol en mi rostro y la billetera en mi pantalón eran las únicas
pertenencias que me acompañarían en la que sería la mayor y más cruda prueba en
toda mi vida.
Llegue al campo de reclutamiento esa
misma noche, al parecer el conflicto había mermado tanto las fuerzas de ataque
que ni siquiera me pidieron identificación, parecía que todo iba bien, hasta
ahora mi identidad no había sido descubierta tal vez por mi nuevo corte o por
el hecho de que los recolectores tenían cosas más importantes en la cabeza como
preparar a los reemplazos de todos los caídos en la batalla.
Nos formaron en fila como reces en un
matadero, yo no le veía diferencia, uno a uno el recolector fue revisando a los
reclutas de pies a cabeza mientras masticaba esa molesta goma de mascar, los
espacios entre la revisión y yo disminuían a un ritmo alarmante, en unos pocos
minutos pasaron de ser 35 a unos cuantos hasta que llego mi turno. El
recolector me miró fijamente a los ojos intentando escudriñar mi alma o al
menos eso fue lo que sentía mientras trataba de tranquilizarme a pesar de la
mirada de pocos amigos que tenía el tipo, balbuceaba entre dientes y era casi
inteligible hasta que dentro de sus murmullos escuche que me pedía mi nombre.
Mis nervios crecieron de súbito mi corazón se detuvo por un momento al no saber que decir y todo se puso
peor cuando al verme frente a frente parecía reconocerme, si eso sucedía todo
mi plan se iría al diablo todo lo que deseaba en ese momento mi orgullo, mis
deseos de darme a conocer frente a mi padre y lo más importante, demostrarle y
demostrarme a mí mismo que no era un inútil que poda superar sus expectativas e
incluso superarle a él, tenía la mirada de los demás reclutas sobre mi debido a
que había tardado más de lo normal observándome y sus labios temblaban como
quien desea revelar los secretos del universo, cosa que en ese momento sería lo
más perjudicial para mi pues entre todos ellos había uno del cual estaba seguro
no quería escuchar pues eso desplomaría por tierra todo lo que estaba a punto
de hacer.

Y bien, esperando haya sido de su agrado me retiro a la obscuridad de nuevo a escribir y comer m&m's de mantequilla de maní y un poco de leche de vainilla. Si les gusto compartan con la banda y dejen en comentarios como les gustaría que siguiera la historia, todas las ideas son bien recibidas, ya que es de ustedes para ustedes.
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"Por: Serpiente" |