chicos y chicas emprendedores, (ay, a quien engaño) hola gente desvelada y/o personitas que decidieron darse un pequeño "break" en el trabajo, antes que nada saludándolos y pidiendo una solemne disculpa a nombre de todo el staff, ya que últimamente hemos estado hasta el cuello de trabajo y no había sido posible actualizar esta cosa, pero de nueva cuenta estamos en el ruedo y si cthulhu nos favorece,
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cthulhu chan |
podrán disfrutar, o quejarse (según sea e caso) de publicaciones mas periódicas de nuestra parte. y para abrir boca un poco de nuestro cerebro vertido sobre los caracteres que ordenados de cierta forma a veces parecen cobrar sentido para algunas personas dejando salir a la luz noticias, historias e incluso puertas a diversos mundos mas allá de la imaginación que solo una buena lectura es capaz de brindarnos...
y con esto comenzamos: presentamos ante ustedes la saga de "frío" un relato de nuestra propia creación en el cual tratamos de plasmar la manera en que a veces la toma de decisiones no es tan fácil como parece y la forma en que reaccionamos a lo que nos sucede es mas trascendente y decisivo que lo que nos pasa en si, sin mas preámbulos les presentamos el primer fragmento de esta historia que esperamos sea de su agrado y provoque una que otra sensación en esa cabezota que tienen.
Frío…
Es lo que sentía en ese momento, un
frio insoportable en mi piel y mi corazón, mis compañeros, mis hermanos, habían
caído uno tras otro justo frente a mis ojos, todo fue una trampa, los mensajes,
el informe del escuadrón #301 las llamadas de auxilio desde Ricell, solo
quedábamos un puñado de hombres y mujeres de todos los miles que se habían
aventurado en esta campaña idealista, valla que fuimos ciegos, la respuesta
estuvo frente a nuestras narices todo el maldito tiempo pero las palabras de
aquel hombre y sus promesas de una utopía para nuestros hijos y los hijos de
nuestros hijos terminó por cegar nuestro instinto y buen juicio. Si tan solo
hubiera hecho caso a Rellend cuando me mostró aquellos planos, no, no podía
aceptar que alguien supiera más que yo, eso sería ridículo, como podría
siquiera imaginar a aquel soldado de clase baja dándole una lección al
mismísimo Lurent Ironclaw, hijo del poderoso e influyente Magnus Ironclaw, pero
ahora me doy cuenta, todo en esta vida es pasajero, y ahora estoy aquí, solo,
sin siquiera saber si estoy del lado correcto en esta guerra.
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