Buenos días a todos...
aqui yo de nuevo para traerles la tercera parte de este relato hecho durante noches de insomnio donde tan trascendente se volvía la longevidad de los crustaceos, esperando sea de su agrado y agradeciendo sus visitas claro esta, entrenle...
Los días pasaban y los levantamientos
de la resistencia eran cada vez menores, tal parecía que el gobierno de kudán
con su poderosa fuerza militar podía con cualquier obstáculo mientras que
Mephi, basada en un gobierno teocrático utilizaba el truco de la Fe para
controlar a las masas residuales que tuvieran un mínimo de duda acerca de la
rendición, el pueblo de Lenthros había caído, su gente, su gobierno, todo lo
que su nombre fue, ahora se había convertido en la sombra de la basta y rica
nación libre que una vez se había levantado de las cenizas de la guerra de las
montañas de hierro y con perseverancia construyo un porvenir, todo era
brillante y lleno de esperanzas hasta ese fatídico día.

La gota que derramo el vaso e impulso
los ataques de Kudán y Mephi fue en realidad algo muy simple pero
significativo, durante una procesión religiosa un sacerdote de grado medio fue
molido a palos por un par de sujetos después de haber salido libre tras ser
acusado de violar a dos pequeñas, ambos hombres de 19 y 35 años de edad hermano
y padre de las pequeñas respectivamente, desataron lo que vendría siendo un
levantamiento entre el pueblo fueron el detonador de la creciente indignación y
hartazgo de los isleños, debido a la prepotencia y la manera autoritaria con la
que se manejaba la iglesia. Poco a poco fueron creciendo las quejas y
acusaciones, las personas habían tomado el valor de exigir respeto para sí
mismos y para los suyos, a la iglesia no le pareció esto y temerosos acudieron
a Kudán cuya solución inmediata fue tomar por la fuerza el territorio que había
sido ya reclamado por los rebeldes, teniendo como frontera el mar de jassph.
Fue un terrible enfrentamiento, las
fuerzas más imponentes y mejor organizadas de Kudán contra un puñado de
rebeldes defendiendo su libre albedrío; palos y piedras contra espadas y armas
de fuego, no era una guerra, era una masacre, los gritos de desesperación y
furia se podían escuchar desde lejos, el resplandor de los cañonazos daba la
impresión de un gran festival o una feria en curso, solo que en lugar de
felicidad y diversión lo que podías encontrar eran los cuerpos calcinados, las
miradas de horror de ambos bandos y la desesperación en forma de gritos
desgarradores y sombras fugaces intermitentes al ritmo de los sonoros disparos,
escalofriante sinfonía orquestada por los intereses divididos de ambos bandos,
cuyas razones eran igual de validas si se observaba desde el ángulo correcto, o
incorrecto si fuera ese el caso.
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"Por: Serpiente" |
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